Por Gabriela V., alumna de la Licenciatura en Idiomas
El presente tiene el fin de demostrar lo vital que es realizar una buena traducción, porque no es un trabajo fácil; cualquier error puede costar mucho y más si se trata de algún documento jurídico o incluso un manual; una palabra podría ser la diferencia para cambiar por completo todo el contexto de una oración.
Ante lo anterior, los italianos han acuñado la frase “traduttore, traditore!”, que quiere decir "traductor, traidor," debido a que, en varios casos, se han observado fallas al momento de la traducción, sobre todo en el área de la traducción multimedia, cambiándole el sentido a las oraciones dichas en alguna película, programa televisivo, etcétera.
La traducción ha existido desde la antigüedad, siendo San Jerónimo uno de los primeros traductores del mundo, pero no por eso exento de errores en la traducción, el más conocido es en el texto de la biblia, donde se cambia la palabra “muchacha” por ”virgen” y es así que dice:
“La virgen concebirá y parirá a un niño que sería hijo de Dios” (Sagrada Biblia, Isaías 7, 14)
Este caso, no es el único presente en la Biblia, existen diversos pasajes que debido a su mala interpretación han causado incluso una disputa entre diferentes religiones; este problema no solo estuvo presente en la antigüedad, en la actualidad vemos varios casos en donde la traducción juega un papel importante, desde en las traducciones de programas televisivos hasta en asuntos legales donde una palabra, o la pronunciación de la misma puede crear un gran cambio.
El traducir no es solo el cambiar las palabras de una lengua a otra, es más que eso, traducir es tender un puente entre dos mensajes, dos lenguas, dos culturas, en un acto de comprensión y comunicación, porque lo que en un país resulta ser algo cómico, en otro podría resultar una ofensa; esto hace importante el conocer sobre la cultura de la lengua proveniente así como a la que se pretende interpretar.
Lamentablemente, a pesar de esto, el trabajo del traductor aun continua siendo mal valorado al grado de que muchas veces con el fin de ahorrarse el dinero para un buen traductor, muchas empresas recurren a buscar en la propia compañía alguien que hable el idioma del que se necesita traducir esto sin tomar en cuenta si la persona conoce o no la cultura del otro país y sin percatarse del riesgo de que por no conocer algún dicho o expresión del lugar de procedencia pueda mal interpretarse el documento.
Pero, poco a poco el trabajo del traductor está siendo aceptado por algunos, quienes ya prefieren contratar un traductor a que alguno de sus empleados lo “traduzca” de una manera que puede afectar a la empresa por una mala interpretación.
Ahora, debo decir antes que, no siempre es el caso de que específicamente un traductor siempre lo hará bien, también influye mucho el cuanto conocimiento tenga el mismo; por eso, un buen traductor es aquella persona que está en un continuo aprendizaje, puesto que cada cultura sufre de una evolución constante que de manera simultánea afecta a la lengua de la misma, es por cosas como estas que al no estar al tanto se puede sufrir un desacierto al momento de interpretar una lengua a otra.
Pero no solo se debe de destacar el trabajo del traductor, puesto que el intérprete también desempeña un trabajo similar a este pero con un poco mas de agilidad, lo que hace presa fácil a caer en errores.
En ambos casos, se necesita contar con ciertos parámetros de calidad, lo siguiente para realizar un buen trabajo; estos son:
Los puntos vistos con anterioridad son parte fundamental de lo que es el trabajo de este profesionista, pero además de esto se debe contar con una educación continua; puesto que cada cultura evoluciona, de la misma manera cambia el lenguaje de las mismas, por lo que el estudio siempre será parte de su función.
Ahora que, cabe mencionar que uno solo no hará cambiar la opinión que se tiene en varios puntos de que el traductor puede llegar a ser un farsante, pero el punto importante al ori que hagan estas declaraciones no es el ponerse al tú por tú ante quien nos reclame esto, es más bien el tomarlo con sabiduría y, cambiando un poco la frase: “demostrar con hechos al igual que con palabras”, esta es la manera más diplomática de enfrentar la situación.
El presente tiene el fin de demostrar lo vital que es realizar una buena traducción, porque no es un trabajo fácil; cualquier error puede costar mucho y más si se trata de algún documento jurídico o incluso un manual; una palabra podría ser la diferencia para cambiar por completo todo el contexto de una oración.
Ante lo anterior, los italianos han acuñado la frase “traduttore, traditore!”, que quiere decir "traductor, traidor," debido a que, en varios casos, se han observado fallas al momento de la traducción, sobre todo en el área de la traducción multimedia, cambiándole el sentido a las oraciones dichas en alguna película, programa televisivo, etcétera.
La traducción ha existido desde la antigüedad, siendo San Jerónimo uno de los primeros traductores del mundo, pero no por eso exento de errores en la traducción, el más conocido es en el texto de la biblia, donde se cambia la palabra “muchacha” por ”virgen” y es así que dice:
“La virgen concebirá y parirá a un niño que sería hijo de Dios” (Sagrada Biblia, Isaías 7, 14)
Este caso, no es el único presente en la Biblia, existen diversos pasajes que debido a su mala interpretación han causado incluso una disputa entre diferentes religiones; este problema no solo estuvo presente en la antigüedad, en la actualidad vemos varios casos en donde la traducción juega un papel importante, desde en las traducciones de programas televisivos hasta en asuntos legales donde una palabra, o la pronunciación de la misma puede crear un gran cambio.
El traducir no es solo el cambiar las palabras de una lengua a otra, es más que eso, traducir es tender un puente entre dos mensajes, dos lenguas, dos culturas, en un acto de comprensión y comunicación, porque lo que en un país resulta ser algo cómico, en otro podría resultar una ofensa; esto hace importante el conocer sobre la cultura de la lengua proveniente así como a la que se pretende interpretar.
Lamentablemente, a pesar de esto, el trabajo del traductor aun continua siendo mal valorado al grado de que muchas veces con el fin de ahorrarse el dinero para un buen traductor, muchas empresas recurren a buscar en la propia compañía alguien que hable el idioma del que se necesita traducir esto sin tomar en cuenta si la persona conoce o no la cultura del otro país y sin percatarse del riesgo de que por no conocer algún dicho o expresión del lugar de procedencia pueda mal interpretarse el documento.
Pero, poco a poco el trabajo del traductor está siendo aceptado por algunos, quienes ya prefieren contratar un traductor a que alguno de sus empleados lo “traduzca” de una manera que puede afectar a la empresa por una mala interpretación.
Ahora, debo decir antes que, no siempre es el caso de que específicamente un traductor siempre lo hará bien, también influye mucho el cuanto conocimiento tenga el mismo; por eso, un buen traductor es aquella persona que está en un continuo aprendizaje, puesto que cada cultura sufre de una evolución constante que de manera simultánea afecta a la lengua de la misma, es por cosas como estas que al no estar al tanto se puede sufrir un desacierto al momento de interpretar una lengua a otra.
Pero no solo se debe de destacar el trabajo del traductor, puesto que el intérprete también desempeña un trabajo similar a este pero con un poco mas de agilidad, lo que hace presa fácil a caer en errores.
En ambos casos, se necesita contar con ciertos parámetros de calidad, lo siguiente para realizar un buen trabajo; estos son:
- Fidelidad, es decir copiar el texto tal y como es, así como el fin que tiene el mismo
- Precisión: es darle esa entonación a las palabras en el caso del intérprete o entender el contexto en el que se habla en el caso del traductor para que el mensaje llegue completo, de la misma manera al tratarse de lenguaje propio de algún tema (medicina, leyes, etcétera) se tendrá que precisar si el término utilizado al cambiarlo de lengua es el mismo.
- Fluidez, esto no es solo en el interprete, quien debe de hablar de manera clara, sino también influye en el escrito, en que el mismo sea limpio, en otras palabras esto trata de volver invisible al intermediario entre las dos personas, usándolo solo como vía de transporte del mensaje, mas no como partícipe del mismo.
- Otro punto importante a tratar, son las adaptaciones; que ya anteriormente comentaba, el saber todo sobre la cultura de ambos, por ejemplo el uso de metáforas, refranes, expresiones idiomáticas, costumbres, etcétera.
Los puntos vistos con anterioridad son parte fundamental de lo que es el trabajo de este profesionista, pero además de esto se debe contar con una educación continua; puesto que cada cultura evoluciona, de la misma manera cambia el lenguaje de las mismas, por lo que el estudio siempre será parte de su función.
Ahora que, cabe mencionar que uno solo no hará cambiar la opinión que se tiene en varios puntos de que el traductor puede llegar a ser un farsante, pero el punto importante al ori que hagan estas declaraciones no es el ponerse al tú por tú ante quien nos reclame esto, es más bien el tomarlo con sabiduría y, cambiando un poco la frase: “demostrar con hechos al igual que con palabras”, esta es la manera más diplomática de enfrentar la situación.